Nostalgia


Alejandro Oliva [@betandtuit]

Melilla, 0; Real Murcia, 0.
Melilla tiene un aire nostálgico que no deja de agitarte durante todo el partido. Si en la primera parte sopla en contra, te cuentan los que saben, en la segunda soplará a favor, aunque tú no tengas claro que el aire nostálgico pueda soplar a favor. El viento en contra en Melilla sopla fuerte y te lleva de pronto a septiembre de 1980: el Murcia de José Víctor recibía al Barça de Kubala en la primera jornada de Liga, después de haber ascendido como campeón. Imaginas el ambiente de aquella tarde de final de verano en La Condomina, patillas largas y bigote, olor a puro mezclado con colonia de domingo, la ilusión ochentera en las viejas gradas. Imaginas la euforia cuando Naharro adelantó al Murcia mediada la primera parte; imaginas la rabia cuando nos marcamos en propia puerta el gol de la derrota en el 90. Después fuimos a Salamanca y ganamos 0-3: aquel Murcia era un equipazo, te dicen; luego vino el Zaragoza y volvimos a perder en el último minuto. Tras un 4-0 en el Bernabéu, sacamos dos empates a cero divinos (el empate entonces era incluso mejor que ahora, al no estar adulterada la victoria con 3 puntos) y le ganamos 5-4 al Athletic de Bilbao en un partido épico, en el que el Murcia, el Murcia de José Víctor, se fue al descanso 5-1 frente a aquel Athletic de Argote, Dani, Sarabia y Rojo. Era 19 de octubre de 1980 y apenas un mes y medio después José Víctor Rodríguez de Miguel era destituido como entrenador del Murcia.

José Víctor tenía entonces sólo 35 años y en los setenta lo había logrado todo en el fútbol nacional en categorías inferiores. Todo: había sido campeón juvenil de España con el Real Murcia y la selección murciana. Y su Murcia en Primera estaba formado por esa base de futbolistas a los que había hecho campeones; su Murcia había ascendido con mayoría de esos jugadores a los que había formado. Aquel Murcia era un equipazo, te dicen. José Víctor tenía entonces 35 años y sólo volvió a entrenar al Murcia durante media temporada en Segunda, ya en los noventa. El viento de Melilla sopla tan fuerte que te arrastra a lo inesperado, a repasar oportunidades perdidas. Al sufrimiento. Pero en Melilla el Murcia sacó otro punto importante que le permite seguir arriba y completar un mes muy decente ante los peores rivales, un mes casi impecable sin aquel zurdazo a la escuadra del lateral del Lorca. En Melilla, el Murcia volvió a ser sólido, a mostrar que a pesar de tanto fichaje es un equipo armado, y que en cuanto esas incorporaciones muestren lo que prometen será un equipo muy fuerte justo cuando hay que serlo. Pero en Melilla el viento no dejó de soplar en contra, no dio tregua. Y volvió a traer dudas, prisas, agonía, rumores, ultimátums, sentencias absurdas para Paco García. Volvió a traer, entre las dudas y las sentencias, el recuerdo de José Víctor, casi un año después de su muerte. Será ese aire nostálgico que no deja de agitarte y que no tienes claro si algún día soplará a favor.

Real  Murcia: Diego Rivas; Armando, Morante, Josema, Pumar; Rayco (Simón 72'), David Sánchez, Diego Benito, Elady (Isi 81'); Sergi Guardiola (Roberto Alarcón 89') y Víctor Curto.
Goles: No.

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