Real Murcia, 2; Recreativo de Huelva, 2.
El sábado tenía un aire de grandeza, o esa era nuestra
impresión a mediodía, mientras El Mochuelo no dejaba de sacar borregos y de
rebanarlos con oficio. Rechinaba la maquina de cortar borregos, junto a la barra
metálica y las cañas bien puestas, y ese silencio chirriante era poderoso, era
digno. Pero toda la grandeza del sábado se quedó allí, en ese merendero
huertano que resiste, acorralado por el ladrillo. Después, todo fue mezquindad,
o resignación en el mejor de los casos. La vida es así, te dicen, el fútbol es
así. Los resultados mandan, se repiten una y otra vez. Los números
no eran buenos. Es la ley del fútbol. ¡Es ley de vida, pijo! No eres tú, ni yo: son los números. Si pasa en todos lados, si le pasa a todo el mundo, debe de ser así,
concluyen. ¿Cómo vamos a cambiar las cosas que son así? La vida es así, no la
he inventado yo, le dice aquel cantante italiano a su señora después de irse
con otra. No es que yo quiera, dice la canción, ojo. Él no quiere irse con otra, le explica el cantante italiano a su señora, con relativa
tranquilidad, pero se ha comportado como un ser humano. La vida es así.
El sábado tenía un aire de grandeza, pero no se vio grandeza
por ningún lado en Nueva Condomina. A Paco García, más que grandeza, lo que le
volvió a faltar fue Armando. Y un penalti a favor. Contra la segundo no ha
podido hacer nada en 27 jornadas. Sí faltó grandeza a los que echaron a Paco
García, sin haber creído nunca en él. Lo echan porque los resultados mandan,
porque los números no eran buenos; lo echan porque la vida es así. Resignación,
o mezquindad en el peor de los casos, como esa bajeza ya clásica de ratificarlo
un par de días antes. Faltó grandeza a un grupo de jugadores que encajó dos
goles en casa por primera vez esta temporada justo cuando peor le venía a su
entrenador. Hay casualidades que duelen. Y faltó grandeza a los que gritaron
'Paco vete ya', entre mofas y sonrisas catetas, casi en voz baja esta vez, eso
sí, como avergonzados de su infinita bajeza hacia un profesional honesto. Lo
tenía todo, había unanimidad en que era el entrenador ideal antes del verano.
Nadie puso ni un pero entonces. Era el entrenador ideal cuando no estaba,
claro. Y puede que lo vuelva a ser siempre que no esté. Es la historia del
Murcia. Nunca sabremos qué hubiera sido del Murcia de Paco y, sobre todo, nunca
sabremos qué hubiera sido del Murcia de Paco con el apoyo de todos los que el
sábado nos alejamos de la grandeza. Rechina la máquina de cortar borregos y El Mochuelo los rebana uno detrás de otro, sabiendo que ningún entrenador jamás estará aquí más de dos años. Que pase el siguiente. Al principio, y eso es lo único
importante ahora, contará con el apoyo de todos. De los que creen que la vida
es así y de los que creen que la vida puede ser de otra manera.
Real Murcia: Simón, José Ruiz, Morante, Borja, Josema (Pumar); David Sánchez, Diego Benito (Javi Saura); Guardiola (Isi), Rayco, Elady; Víctor Curto.
Goles: 0-1 (6') Domínguez. 1-1 (34') Víctor Curto. 2-1 (65') Josema. 2-2 (70') Núñez.
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