Cehegín, 1995


Alejandro Oliva (@betandtuit)

Córdoba B, 4; Real Murcia, 3.
Hablo de memoria, así que perdona si fallo en algún despeje o me resbalo en algún dato. Hablo sólo de memoria, porque hay un año de nuestras vidas que, como no está en bdfutbol, sólo está en la memoria. Fue el único año de Tercera, de la tercera actual, o sea de cuarta, hace ya 22 temporadas. Aquel año empecé a estudiar lejos de Murcia, a unos 700 kilómetros, y quizá por eso tenga pocos recuerdos pero bien almacenados, de los que no se borran. Aprovechaba cada viaje a Murcia para intentar ver al Murcia, incluso en algún entrenamiento, y entre puentes, vacaciones y alguna locura conseguí ver buena parte de la temporada. También tuve algún golpe de suerte: un Cehegín-Murcia que se aplazó en el descanso, o poco antes del descanso (hablo de memoria) se reanudaba justo la tarde en la que regresaba a casa por Navidad, así que mi padre y mi hermano me recogieron en la estación de autobuses, en el viejo Lancia granate, y después de tomar algo rápido salimos para el polideportivo de Cehegín. El partido se había suspendido con 2-0 en contra, ojo, pero en aquel Lancia, con esa ilusión de regresar a casa, del inicio de la Navidad y de volver a ver al Murcia, no se contemplaba una derrota. Quedaba toda la segunda parte, o casi toda. Pero nada más reanudarse el partido, el Cehegín nos clavó el 3-0, ante la euforia histórica de la parroquia local y la cara de tonto del murcianismo desplazado. Hacía frío, lo recuerdo todo muy oscuro, había estado 12 horas en un autobús y perdíamos 3-0 en Cehegín, en Tercera, o sea, en cuarta, cuando a mis 20 años más de la mitad de mis recuerdos eran de un Murcia en Primera o campeón en Segunda. Creo que nos costó muchos minutos reaccionar, pero lo hicimos. Fue la gran tarde (hablo de memoria) de un zagal que se llamaba Reche. Él metió dos y Herrera otro, casi todos en la recta final, el último incluso en el descuento, en un huracán final que nos hubiera dado la victoria si el partido hubiera durado un par de minutos más. Habíamos puntuado en Cehegín después de ir perdiendo 3-0 y, aunque a mis 20 años más de la mitad de mis recuerdos eran de un Murcia en Primera o campeón en Segunda, volvía feliz a casa en aquel viejo Lancia granate.

Este lunes, casi 22 años después, el Córdoba B marcó el 3-0 poco antes del descanso y mi cabeza se fue a Cehegín, claro, al año que, como no está en bdfutbol, sólo está en la memoria. Casi nada  recordaba al escenario de entonces, salvo el 3-0 y el riesgo de desaparecer, pero mi cabeza se fue a Cehegín para encontrar un lugar en el que el Murcia reaccionó, para agarrarme a algo en mitad del naufragio. Era el primer Murcia de Basadre, que durante la semana nos había ilusionado a los que somos de ilusión fácil. Leímos que era gallego y apasionado, que tenía 47 tacos y las cosas claras, que era hombre de fútbol de toda la vida; leímos que, desde los 16 años había visto de tres a cinco partidos en directo cada fin de semana, y que estaba ante la oportunidad de su vida. Los que somos de ilusión fácil nos ilusionamos, y pensamos que por fin podía ser la nuestra, que este tapado podía ser nuestro hombre. Pero Basadre nos desencantó algo de inicio con su once, al menos a los que creemos que todo proyecto futbolero serio a corto plazo pasa por no encajar goles. Y además sin Armando, Basadre, socio. Marcó el Córdoba B el 3-0 poco antes del descanso, y mi cabeza se fue a Cehegín. Pero Curto marcó tan rápido el 3-1 y empatamos tan cómodamente en la segunda parte que parecía mucho más fácil que en Cehegín. Ojo a Basadre, que arregla esto y despegamos. Los de ilusión fácil lo vimos ganado. Quedaba un cuarto de hora, el partido se había templado y Basadre, 47 tacos y ante la oportunidad de su vida, desde los 16 años de tres a cinco partidos en directo cada fin de semana, tenía en el banquillo a un futbolista con unos 27.000 partidos en Segunda B y a otro con 66 minutos en Segunda A. Parecía una decisión fácil, pero qué difícil es el puto fútbol. Qué complicado debe ser. El cuarto gol del filial fue un palo muy duro, de esos que enciende al más pusilánime, que crucifica a inocentes, que irrita hasta la desesperación y te deja sin hambre ni sueño ni esperanza. Por suerte, mi cabeza se había ido a Cehegín. Se había refugiado en un lugar en el que el Murcia reaccionó, como tendrá que hacer este año. Mi cabeza estaba en los recuerdos del año que no está en bdfutbol, y acaso también en los recuerdos de todos los años que están en bfdutbol, montado en aquel viejo Lancia granate, junto a mi padre y a mi hermano, camino de algún lugar donde jugara el Murcia.

Real Murcia: Biel Ribas, Fede Vega, Pedro Orfila, David Mateos, Forniés, Santi Jara, Juanma, Fernando Llorente (Armando, 56'), Elady (Nadjib, 78'), Pedro Martín (Salva Chamorro, 87) y Víctor Curto.
Goles: Demasiados.

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